lunes, 4 de febrero de 2008

Ya no temo



Temía estar solo hasta que...
...aprendí a quererme a mi mismo.
Temía fracasar hasta que...
...me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que....
... me di cuenta de que de todos modos opinarían de mi.
Temía me rechazaran, hasta que...
...entendí que debía tener fe en mi mismo.
Temía al dolor, hasta que...
...aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que...
...descubrí la maldad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que...
...aprendí que no es el final sino el comienzo.
Temía al ridículo, hasta que...
...aprendí a reírme de mi mismo.
Temía hacerme mayor, hasta que...
...comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que....
...comprendí que era la base de mi futuro
Temía a la oscuridad, hasta que...
...vi la belleza de la luz de las estrellas.
Temía a los cambios, hasta que....
...vi que aún la mariposa más hermosa, necesitaba pasar
por una metamorfosis antes de volar
Alejemos cualquier temor de nuestras vidas, y hagamos
que cada día rebosen de vida y de alegría,
porque, como dicen las Escrituras, el verdadero amor
echa fuera el temor, y aunque nos sintamos desfallecer,
no olvidemos que al final los brazos del Señor
ante nosotros abiertos están para ayudarnos a caminar
a través de cualquier valle por el que la vida nos obligue a pasar.

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