Una cosa debe estar bien clara. Para la gente que adora el bullicio, lo espectacular y lo poco usual y que se excitan cuando hacemos una bulla bien grande; no habrá un verdadero avivamiento mientras los creyentes solo vayan buscando cosas extraordinarias o la experiencia espiritual por la experiencia. El avivamiento vendrá cuando los creyentes tengan sed de Dios y solo de Dios.
“Como el ciervo anhela (brama) las corrientes de agua, así suspira por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente; ¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?
Salmo 42:1-2
Cuando dejemos el dedo acusador hacia nuestros hermanos y hermanas en Cristo.
Cuando dejemos de criticarnos unos a otros por razón de lo que aquél está haciendo en su Iglesia.
Cuando dejemos de pensar que somos mejores o más espirituales, o mejor refinados, que los demás
Cuando comencemos a reconocer nuestros propios errores, pecados y los confesemos ante Dios entonces se abrirán las puertas del cielo y Dios derramará Su Espíritu sobre nosotros.
El avivamiento o la renovación es un movimiento del Espíritu Santo que nos refresca y habilita, que nos da un tiempo de nuevos principios.
Vamos a prepararnos para la visitación de Dios.
Humildad: El avivamiento es para servir los propósitos de Dios y no para alimentar egos mortales.
Oración: – orar, orar, y orar.
El avivamiento no se anuncia, no es una campaña de oración, no es un culto glorificado lleno de cánticos y gritos de júbilo. Todo esto es bueno, pero no es un avivamiento. El avivamiento es una interrupción de Dios en nuestra vida. Dios y solo Dios está autorizado a interrumpir nuestros cultos y vidas para llenarnos de Su Gloria y sus propósitos.
El avivamiento no consiste solo de emociones y sentimientos de exaltación. El avivamiento va a tumbar a la gente, la va a tumbar hasta el suelo, hasta el abatimiento. El avivamiento va a traer un quebrantamiento de corazón y de espíritu antes de que traiga un grito de victoria y de exaltación.
El propósito del derramamiento del Espíritu Santo sobre su comunidad redimida no es en principio, recibir de nosotros los actos emocionales de adoración, exaltación y alabanza; tampoco es hacernos entrar más en el movimiento de los dones espirituales o darnos más audacia en nuestro testimonio.
Dios derrama el Espíritu de avivamiento sobre su pueblo, en primer lugar, para llevarnos a un profundo sentir de nuestro propio pecado, nuestra propia impureza. Después Él puede hacer venir a nosotros un espíritu de humildad y quebrantamiento. Dios sabe que de un vaso quebrantado puede brotar mucha luz. Dios puede renovar un vaso quebrado, y puede llenarlo con lo que Él quiera. Entonces, toda la gloria será para Él.
En Jueces 6:12 -14 se inicia la respuesta de Dios al clamor del pueblo. Un hombre llamado Gedeón, recibió la visitación de Dios. Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.
Vé con esta tu fuerza, ¿No te envío yo?.