miércoles, 30 de abril de 2008

El avivamiento


“Se da avivamiento, cuando Yahoshua llega a ser el Señor resucitado y viviente en la vida del creyente. Para el incrédulo sucede cuando tiene una confrontación con Cristo y le acepta a Él como su Salvador, cambiando así completamente su vida, tanto moral como éticamente. En otras palabras hay avivamiento cuando Cristo llega a ser realmente sentido en la vida de una persona, cambiando esa vida…El avivamiento realmente es el Mesías mismo.”

Una cosa debe estar bien clara. Para la gente que adora el bullicio, lo espectacular y lo poco usual y que se excitan cuando hacemos una bulla bien grande; no habrá un verdadero avivamiento mientras los creyentes solo vayan buscando cosas extraordinarias o la experiencia espiritual por la experiencia. El avivamiento vendrá cuando los creyentes tengan sed de Dios y solo de Dios.

“Como el ciervo anhela (brama) las corrientes de agua, así suspira por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente; ¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?
Salmo 42:1-2

Cuando dejemos el dedo acusador hacia nuestros hermanos y hermanas en Cristo.
Cuando dejemos de criticarnos unos a otros por razón de lo que aquél está haciendo en su Iglesia.
Cuando dejemos de pensar que somos mejores o más espirituales, o mejor refinados, que los demás
Cuando comencemos a reconocer nuestros propios errores, pecados y los confesemos ante Dios entonces se abrirán las puertas del cielo y Dios derramará Su Espíritu sobre nosotros.

El avivamiento o la renovación es un movimiento del Espíritu Santo que nos refresca y habilita, que nos da un tiempo de nuevos principios.

Vamos a prepararnos para la visitación de Dios.
Hay ciertos componentes para que el avivamiento sea de excelencia ya sea antes, durante o después de un avivamiento.


Humildad: El avivamiento es para servir los propósitos de Dios y no para alimentar egos mortales.


Oración: – orar, orar, y orar.

Discernimiento: Escuchar con cuidado el llamado de Dios para poder generar una respuesta espiritual, y no meramente una emocional.

Autenticidad: Rechazar con firmeza cualquier falsificación.

Moderación: Los extremistas, incluso los bien intencionados comprometen seriamente la credibilidad de nuestros esfuerzos.

Decoro: Los pecados cometidos de manera pública deben ser confesados en público. Los pecados privados, especialmente los de naturaleza sexual, deben ser confesados en privado.

Empatía: Alcanzar aquéllos de la congregación que se muestran suspicaces o resistentes al avivamiento.

Enfoque Bíblico: El avivamiento debe estar centrado en la Biblia, no en la experiencia. La experiencia y el testimonio son importantes, pero nunca deben ensombrecer las Escrituras.

Madurez: Apoyarnos en gente espiritualmente madura para dar testimonio. No se debe tentar el orgullo en la mayoría de los creyentes recién convertidos al hacerlos compartir su testimonio antes de estar listos.

Necesitamos oraciones que abran los cielos. No queremos sustitutos del verdadero avivamiento, deseamos lo real, lo vivo, lo poderoso. Cuando a Moisés se le ofreció que un Ángel le acompañara en Éxodo 33:2 y 15; él rechazó el sustituto y pidió que Dios mismo lo hiciera. En otras palabras, Moisés fue claro y honesto con Dios, no quiero sustitutos por buenos que sean, te quiero a ti. Si tu presencia no va conmigo no me envíes.

El avivamiento no se anuncia, no es una campaña de oración, no es un culto glorificado lleno de cánticos y gritos de júbilo. Todo esto es bueno, pero no es un avivamiento. El avivamiento es una interrupción de Dios en nuestra vida. Dios y solo Dios está autorizado a interrumpir nuestros cultos y vidas para llenarnos de Su Gloria y sus propósitos.

El avivamiento no consiste solo de emociones y sentimientos de exaltación. El avivamiento va a tumbar a la gente, la va a tumbar hasta el suelo, hasta el abatimiento. El avivamiento va a traer un quebrantamiento de corazón y de espíritu antes de que traiga un grito de victoria y de exaltación.

El propósito del derramamiento del Espíritu Santo sobre su comunidad redimida no es en principio, recibir de nosotros los actos emocionales de adoración, exaltación y alabanza; tampoco es hacernos entrar más en el movimiento de los dones espirituales o darnos más audacia en nuestro testimonio.

Dios derrama el Espíritu de avivamiento sobre su pueblo, en primer lugar, para llevarnos a un profundo sentir de nuestro propio pecado, nuestra propia impureza. Después Él puede hacer venir a nosotros un espíritu de humildad y quebrantamiento. Dios sabe que de un vaso quebrantado puede brotar mucha luz. Dios puede renovar un vaso quebrado, y puede llenarlo con lo que Él quiera. Entonces, toda la gloria será para Él.

En Jueces 6:12 -14 se inicia la respuesta de Dios al clamor del pueblo. Un hombre llamado Gedeón, recibió la visitación de Dios. Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.

Vé con esta tu fuerza, ¿No te envío yo?.


jueves, 10 de abril de 2008

Las huellas de tus pisadas


Muchas veces, tal vez demasiadas,
siento que camino solo por la orilla
de esta larga playa que es la vida,
pero sé que aunque no las vea,
tus pisadas van siempre al lado de las mías.

Sé que de niño me llevabas de Tu mano,
,que en todos los momentos de mi vida
siempre has estado conmigo,
y sé que sentiré tu abrazo hasta que
el último aliento de vida que haya en mí
deje mi cuerpo para vivir por siempre a Tu lado.

No permitas que te deje, aprieta fuerte mi mano,
dibuja Tu camino en la arena para que pueda seguirte
por si en algún momento me suelto de la tuya,
trae luz abundante a mi vida
para que pueda ayúdame a ver tus pisadas.

Todah rabah Adón Yahoshua.

lunes, 7 de abril de 2008

La más alta profecía

Tiempos difíciles vivimos, profetas vienen, profecías van, pero Tú, Señor, eres el único inmutable, el único que nunca cambias, el único que eres fiel a Tu Palabra. Y sé que ella, Tu Palabra, es la más alta y fidedigna de tus profecías.

Realmente sé, Padre, que las Escrituas son el legado que nos dejaste junto con Tu Ruaj, y ellas son en si mismas parte de Ti, parte de Tu amado Hijo, ya que el mensaje de ellas es una profecía de Aquel que había de venir para darse por todos los hombres, y por eso las Escrituras, escritas por Tu Espíritu y rociadas con la preciosa sangre de Tu amado Hijo Yahoshua, son la profecía que amo y he decidido seguir.

No quiero saber nada más de otros profetas, ni de hombres con nuevas o antiguas revelaciones, solo te quiero a Ti y a Tu Palabra. Y a eso me abrazo, a unas de las últimas palabras que Tu Hijo pronunció antes de marchar a Tu lado, la más alta de las profecías:


"Ciertamente vengo en breve"
(Ap 22:22)

Los silencios en la partitura

Cuando se toca música, se puede leer en la partitura que hay notas de diversos tipos, y silencios, también de diversa duración. En la pausa no hay música, pero la pausa ayuda a hacer la música.
En la melodía de nuestra vida la música es interrumpida aquí y allí por “pausas”, y nosotros, sin reflexionar, pensamos que la melodía terminó sin darnos cuenta de que el director és el que guía la interpretación de esa partitura que aun no ha acabado.

A veces, Dios nos envía un tiempo de parada forzada, puede ser una prueba, planes fracasados, esfuerzos frustrados, o cualquier otra razón que motiva que en nuestra vida la música que sonaba deje de oirse, y de pronto se hace una pausa repentina en el coro de nuestra vida.

Nos lamentamos que nuestra voz tenga que callarse, y tenga que faltar nuestra parte en la música que sube hasta los oídos del Creador. Pero, ¿cómo es que el Maestro lee la pausa?, ¿por qué tiene que callar la música ahora?.

Él continúa marcando el compás con la misma precisión y toma la nota siguiente con firmeza, como si no hubiese habido interrupción alguna, como de hecho así sucede. Dios sigue un plan al escribir la música de nuestra vida. Nuestra parte debe ser aprender la melodía y no desmayar cuando lleguen las “pausas”, ellas no están allí para ser pasadas por alto o ser omitidas, ni para perturbar la melodía o alterar el tono, están hay porque forman parte de la melodía.

Si miramos hacia arriba, Dios mismo marcará el compás para nosotros. Con todo, no nos olvidemos que “el silencio ayuda a hacer la música”. Con los ojos en Él, vamos a proferir la próxima nota con toda claridad, sin murmurar tristemente: “En la pausa no hay música”.

Componer la música de nuestra vida es generalmente un proceso lento y trabajoso para Dios. ¡Con paciencia, Él trabaja para enseñarnos!, ¡y cuánto tiempo Él espera hasta que aprendamos la lección!.

Ten fe, recuerda que la pausa no dura mucho … cuando menos te lo esperes el Señor hará que suene la siguiente nota de la partitura de tu vida.